Cuando emigramos o decidimos viajar, generalmente nos vamos bastante enfocados en un área en particular, la cual nos llevó a emigrar en primer lugar. La mayoría del tiempo es el trabajo o los estudios pero también puede ser vivir nuevas experiencias, conocer nuevas culturas, etc.
Por lo que cuando recién llegamos, a veces se “nos olvida” que no sólo venimos a estudiar o trabajar sino, que viviremos ahí. Y vivir en un lugar conlleva diferentes áreas de la vida. Lo que haremos en el día a día, en nuestro tiempo libre, qué comeremos, dónde viviremos y un sinfín más.
Una de las áreas que más nos ayuda a adaptarnos es el sentir que pertenecemos a un grupo, ya sea, tener un amigo o amiga, llevarnos bien con nuestros vecinos, conocer una nueva pareja. Cuando esto no ocurre, es esperable que no nos sintamos tan bien.
Pero no te desanimes, acabas de llegar a un país o ciudad nueva, vamos a ver qué podemos hacer para cambiar esta situación.
¿Hace cuánto tiempo que no hacías nuev@s amig@s?
Es posible que si es la primera vez que sales de tu país o ciudad, hayas tenido siempre los mismos amigos/as y que la manera de conocer gente nueva haya sido inexistente o siempre de la misma forma. Es posible que hayas tenido a tu grupo de los “del colegio” o universidad, “los del barrio”, “los de siempre”.
Entonces, ¿cómo se hacía para comenzar a hacer amigos?
Deja el miedo de lado
Lo primero es, dejemos el miedo de lado. Hay mucha gente en este mundo y muchos de ellos están abiertos y dispuestos a conocer gente nueva. También es verdad que esta característica está muy ligado a la cultura del nuevo lugar donde te encuentres: si es una cultura que se puede considerar sociable o abierta entonces perfecto! Hará las cosas más fáciles. Si por el contrario, te mudaste a un país donde las personas no tienden a socializar mucho, no te desanimes! Siempre hay algún extranjero viviendo por ahí, una situación similar a la tuya y por supuesto, siempre puedes encontrar a personas que estén interesadas en conocer nuevas culturas.
Busca en las redes ya existentes…
Tal vez sea en el trabajo, aquel compañero o compañera que llegó hace poco, o aquel que te dio la bienvenida. Puede ser en tu nuevo departamento, o en el hostal que arrendaste para los primeros días. E incluso aquella persona amable que te indicó dónde estaba la parada de buses. Intenta dejar la vergüenza a un lado, recuerda que si estás empezando esta aventura, aunque no sea lo que querías, tienes la posibilidad de ser quién tú quieras y por último, nadie te conoce, no hay nada que perder. Por lo que, aunque lo tuyo no sea lo de conversar con gente desconocida, finalmente, es la actitud de apertura la que más te ayudará.
O crea espacios nuevos
Si aún sientes que no has tenido la oportunidad de conocer futuros amigos/as, busca lugares en que puedan tener intereses parecidos a los tuyos, inscríbete a clases de baile, de yoga, a un partido político, lo que sea que te interese con el fin de poder encontrar personas con gustos similares.
Si lo de empezar una conversación no es lo tuyo, no subestimes redes sociales como Facebook. Los grupos que se forman, especialmente de expatriados o viajeros suelen ser muy útiles para encontrarte más fácilmente con gente que esté en tu situación.
No te aísles
Lo más importante es que no te aísles. Debes saber que aunque sientas que nadie te entiende, o que estás angustiado/a con tu nueva situación, que no estás seguro de poder hacer nuevos amigos, sigas buscando formas porque rodearte de otras personas solo puede ayudarte. No solo a sentirte mejor, más acompañado/a, pero también a pasarlo bien, conocer personas diferentes a ti y quién sabe, si estás buscando un trabajo o un departamento, puede ser que alguien te de una mano.
Si viajas con un amigo/a o pareja, puede ser que los primeros días se sientan diferentes a cuando estás solo/a. Ya que tienes en quién apoyarte, pero el mensaje es el mismo. No se aíslen, porque aunque ya tengas a alguien, ampliar tu red de apoyo estando lejos, solo puede mejorar tu experiencia. Por algo se dice que los lugares los hacen las personas.
No olvides también disfrutar tus momentos sin compañía
Y por último, no te olvides de cambiarle el significado al estar solo o sola. Intenta disfrutar esos paseos por aquel nuevo lugar, admirando detalles que tal vez pasarías por alto al estar acompañado/a, siéntete con la libertad de sentarte a tomar un café y ver a la gente pasar. A veces el que nadie te conozca podría desbloquear nuevas situaciones que no viviste antes.